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R-136
ID:
Las dimensiones de la diversidad de anfibios en América: de la teoría a la aplicación
Leticia M. Ochoa Ochoa
La biodiversidad es fascinante pero extremadamente compleja de analizar. Whittaker propuso hace varias décadas (1960) que la diversidad regional (g) está compuesta por dos componentes, alfa (a) y beta (b). Las tres medidas (a, b y g) se pueden cuantificar con una amplia variedad de índices y con datos de desde la presencia-ausencia o abundancia. Aunado a lo anterior, recientemente se ha propuesto que la biodiversidad tiene también diferentes dimensiones —taxonómica, funcional y filogenética— que no siempre van de la mano, pudiendo existir variaciones en las relaciones debidas a distintos procesos eco-evolutivos que han o están ocurriendo. Dado que medir la diversidad es un tema amplio, aquí nos centraremos en las diferentes dimensiones de la diversidad beta y sus aplicaciones en biología de la conservación. Incluimos a la diversidad funcional que refleja el número de funciones realizadas dentro del ecosistema por los organismos cuantificados; a la diversidad filogenética que nos habla de los linajes presentes (factor evolutivo) y a la diversidad taxonómica que corresponde identidad de las distintas especies que habitan en un determinado lugar y tiempo. El postulado básico es que en teoría, debería haber un "conjunto" básico de funciones en cada comunidad biológica (por ejemplo, productores, consumidores, descomponedores), y dicho conjunto básico debería ser el mismo en ambiente similares. Primero, describimos los patrones geográficos para investigar las relaciones entre la diversidad beta taxonómica, funcional y filogenética en las comunidades de anfibios en las Américas continentales. Posteriormente, determinamos cuáles son los rasgos comunes (con amplia distribución geográfica) y contrastamos si las especies con funciones de baja redundancia son el mismo grupo de especies con un rango geográfico restringido (rareza espacial). Finalmente, exploramos las posibles causas subyacentes de los patrones de diversidad beta funcional de los anfibios al probar la hipótesis de que los posibles mecanismos que gobiernan la riqueza funcional deberían estar relacionados con el espacio ecológico disponible (estructura de la vegetación). Dado que la diversidad beta está relacionada con la rareza y la complementariedad, que son características centrales en la conservación, buscamos la congruencia espacial de los resultados con las áreas protegidas establecidas. Encontramos que tanto el patrón de rareza espacial como el de abundancia siguen el patrón de riqueza de rasgos. Y estos tres aspectos presentan un gradiente latitudinal.
Palabras clave:
diversidad beta taxonómica, diversidad beta funcional, diversidad beta filogenética, espacio ecológico disponible, conservación